Luego de transitar todo el día por SMAndes (no
se pierdan la fervorosa y demencial bajada de 1200 metros) iniciamos
nuestro recorrido de Los 7 lagos. ¿Dónde inicia? En el sector izquierdo de la
costanera de San Martín de los Andes.
Allí la Ruta Nacional Nº 40 bordea el Lago Lacar y comienza el llamado Caminode los 7 Lagos.
El inicio fue a las 18.30 horas.
Allí la Ruta Nacional Nº 40 bordea el Lago Lacar y comienza el llamado Caminode los 7 Lagos.
El inicio fue a las 18.30 horas.
Gran error: ese horario es
tarde.
Están avisados… si van en febrero o marzo… ya lo saben, si no vivirán lo
que le pasaremos a contar.
Por esa razón, a los 10K, decidimos parar eran las 21.30, hacía frío la única iluminación eran las luces de la chata y dos linternas. Decidimos parar sobre la ruta donde un cartel indicaba la existencia de un Camping, decía Quila Quina, que es sin más un
Camping que se ubica a 14 kilómetros adentrándose al bosque desde la ruta.
Es decir, que para conseguir un lugar a donde acampar teníamos que transitar en bici, como
dije, 14 kilómetros penetrando la montaña desde la ruta 40.
Y lo hicimos: con frío, hambre y, a
decir verdad, un poco de miedo.
Acá viene un detalle cronológico desde que iniciamos la Odisea de encontrar QUILA QUINA:
- Oscar y vale, fueron en la Strada. Tomaron ventaja.
- Mauro, lechuga y humber, fueron en bici.
- La falta de señalización es una crítica bien hecha que se le puede hacer a los gestores de QUILA QUINA. Sépanlo CICLISTAS: no hay ni una señalización.
- Al principio pasamos por puentes, los tres, de noche con frió adentrándonos al bosque en donde SÓLO HAY SUBIDAS. Sépanlo: para llegar en bicicleta a QUILA QUINA ES COSTOSO, EN BICI NO ES RECOMENDABLE: Sólo hay subidas en ripio. TERRIBLE.
- A la hora de andar en bici, y no ver NI UNA SEÑALIZACIÓN, NI UNA CASA, NI LUZ, sólo el sonido del arroyo que pasaba lindando a nosotros.
- Finalmente, decidimos volver.
- La discusión entre lechuga, humber y mauro fue de varios minutos. Pero finalmente…
- Se decidió volver. La vuelta fue sencilla. Era pura bajada. Pero el miedo atravesaba los tres cuerpos compuesto en ese entonces de frío, miedo y hambre. Eran las 22 horas. Bajamos rápidamente.
- Llegamos a la ruta 40. Realmente el lugar era oscuro, silencioso. Había neblina y no pasaba un auto. En bici tomamos la ruta 40 y volvimos 2 kilómetros yendo hacia SMAndes.
- Encontramos un complejo de cabaña.
- Ingresamos al mismo.
- Hablamos con el chico del ingreso al lugar.
- Amablemente nos dio permiso para usar el teléfono. Eran las 23 horas.
- Estamos incomunicados con el resto del equipo: a saber VALE Y OSCAR, que estaban en la chata.
- Humberto y Lechuga no tenían batería en los celulares. Mauro quería llamar a Oscar y éste (como el Vale) tenía el cel apagado.
- Al joven del complejo le preguntamos si tenía el teléfono de QUILA QUILA. Dijo que sí. Cuando llamé, del otro lado me atiende un joven de voz ronca.
- Le pregunto: ¿No sabe si llegaron dos personas en una chata blanca?.
- A ver, aguardame, me dice el chico de Quila QUINA: “Recién se acaban de bajar de una chata dos personas?
¿Difícil de creer no? Pero en el momento que llamamos desde el ingreso al Complejo de Cabañas Vale y Oscar en ese mismo instánte ingresaban a la secretaria de Quila Quina para alquilar dos parcelas para pasar la noche.
- En ese momento me emociono. Eran la única forma de contactarme con ellos. De otra forma, al menos, hasta el otro día, en que Oscar y el Valen carguen el celular.
- “Vale”, le digo “Nos perdimos”, y le dije que estamos ubicado a 2 K del cartel de Quila QUINA, en un complejo de Cabañas. Que estamos bien. Automáticamente Vale le dice a Oscar de la situación e inician la vuelta. Llegan hasta donde estábamos después de una hora y media.
Decidimos en
grupo volver a SMAndes, sí, al Camping ACA. El Complejo de Cabaña (para aquellos que se preguntaron porqué no pararon allí) tenía un valor de 1000 pesos por cabeza la noche. Y eso hicimos: llegamos a SMAndes, comimos, cansados,
muy cansados nos fuimos a dormir. Al otro día íbamos a tener un gran día.
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